LA RELACIÓN DEL SISTEMA INMUNE Y LA SENSIBILIDAD A LOS ALIMENTOS

El sistema inmunológico es el encargado de defendernos cada vez que entra una “materia”  a la que reconoce como extraña y peligrosa, que pueden ser bacterias, virus, parásitos y otros compuestos (toxinas, polen, hasta alimentos).  Cuando éste detecta a cualquiera de los anteriores, los intenta eliminar con el fin de prevenir y/o combatir la enfermedad que pudieran producir. Este sistema está constituido por una gran variedad de células  y moléculas capaces de reconocer y eliminar a los agentes extraños, para lo cual lleva a cabo una serie de mecanismos que constituyen la respuesta inmunitaria. 


Esta respuesta puede dividirse en tres fases: 

  1. El reconocimiento de lo extraño
  2. La activación (y regulación de dicha activación)
  3. La fase para la destrucción del agente extraño, generando un proceso de inflamación. Por lo tanto la finalidad de la respuesta inmunitaria es eliminar al agresor que ha invadido al organismo y de esta forma restablecer la estabilidad corporal.

Existe la inmunidad innata que es la primera línea de defensa y es con la que nacemos, actúa de forma indiscriminada e inmediata frente a cualquier agente extraño que ha conseguido pasar las barreras naturales de nuestro cuerpo.1 Se caracteriza por ser de respuesta rápida pero de efectividad limitada ya que la protección se ejerce a través de barreras del organismo como son la piel  y la mucosa. 

La inmunidad adaptativa es más específica y potente que la anterior; tiene “memoria” y la habilidad para activarse rápidamente si la amenaza se vuelve a presentar; esta está mediada a su vez por los linfocitos que son los soldaditos de nuestro cuerpo; estos reconocen y distinguen cuáles son los agentes extraños para poder destruirlos. Esto sucede cuando hay sensibilidad a los alimentos; el organismo ve como extraño al alimento y genera este entorno de inflamación para poder destruirlo y por ende genera síntomas como dolores de cabeza, cansancio, colitis, gastritis, dolor de coyunturas, sobreproducción de moco y problemas en la piel entre otros. Por otro lado, si presentas cualquier condición como diabetes, hipertensión, artritis, fibromialgia o cualquier otra enfermedad al estar en un entorno de inflamación se vuelve más difícil de tratar. Lo más importante es evitar la inflamación ya que a largo plazo es la causante de las enfermedades crónico degenerativas. 

Descubre a qué alimento eres sensible para prevenir estas enfermedades y vivir con salud y bienestar. 


L.N. Alexandra Drijanski

 De la Fuente M. Funcionamiento del sistema inmunitario. En: Inmunonutrición en la salud y la enfermedad. Ascencio M, ed. México: Editorial Médica Panamericana, 2011.

 

Karp G. Capítulo 17: Respuesta inmunitaria. En: Biología celular y molecular. Conceptos y experimentos. 7a edición. McGraw-Hill Medical, 2016. Disponible en: https://accessmedicina.mhmedical.com/book.aspx?bookid=2036 (Consultado Noviembre 2018).   

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